Hoy 11 de noviembre, una vez más te digo "feliz cumple". No te das una idea de lo que te amo, de lo que me encanta reconocer tus rasgos en los míos (aunque odie esta nariz). A veces me acuerdo de algunas cosas, recuerdos lindos y recuerdos no tan lindos.
Los recuerdos no tan lindos me ponen inevitablemente triste, y aunque sé que yo no tenía la culpa, siempre me preguntaba qué era lo que yo tenía. Siempre tratando de complacerte, de ser la nena perfecta, la que nunca hacía nada malo. Y con el paso del tiempo, me fui dando cuenta y vos me hiciste ver que la que vos querías era esta nena que a veces se mandaba alguna que otra, que no contestaba tan bien, que no era taaan buena, ni taaan estudiosa, ni todo eso que yo pretendía de alguna manera ser a tus ojos.
Con los años fuimos aprendiendo a construir esta relación que (gracias) tenemos ahora, pero, sí, todavía me duele acordarme de cuando no quería levantar el teléfono, verte o esucharte. Pensar que ahora todo es tan distinto y que te llamo, me llamás, nos vemos y me esuchás y te escucho. Yo en esos momentos creía, o en parte y sin querer me habían creado otra imagen de vos, una imagen en la que vos no me querías. Y ahora digo que tonta que fui, si cuando era chiquita me contabas el cuento de la hormiguita que caminaba y caminaba hasta que me dormía, si me dejabas que te sacara las lagañas (si, eugh!), aunque casi te dejaba sin pestañas, si escuchabas mis locuras e ideas.
Gracias pa, feliz cumple, te amo.
Probablemente te hago una torta, no me pidas que prenda el horno, sabes que no es mi especialidad, pero se que la chocotorta te va, asi que chocotorta sera.
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